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PINTURA COLONIAL
Introducción
El propósito de esta unidad es un primer acercamiento a la pintura de la época colonial que nos permita construir una muestra de su producción durante los siglos XVI y XVII. No se trata de hacer simplemente un resumen de lo más representativo en la pintura colonial pues existen suficientes historias del arte que se encargan del tema tanto para el territorio sur (Virreinato del Perú, Audiencia de Charcas, Audiencia de Quito, etc) como para el norte en el Virreinato de Nueva España. Una rápida búsqueda bibliográfica sobre el arte en la colonial demuestra que se ha publicado mucho y desde hace mucho tiempo.(Bibliografía selecta)
Nuestro acercamiento a la pintura colonial parte con un breve resumen del contexto en que se dieron estas representaciones pictóricas, las diferentes escuelas que surgieron en el nuevo, algunos de los pintores más representativos, un muestrario de los temas más recurrentes en varias ciudades de la América española (Santiago, Buenos Aires, La Plata, Potosí, La Paz, Cuzco, Lima, Santa Fe de Bogotá, México, Puebla, Oaxaca y Chiapas).
I. Antecedentes americanos
La pintura parece haber tenido un papel importante en la cultura mesoaméricana pre-hispánica. Aparece como actividad artística en una etapa pre-solar cuando el narrador del Popol Vuh comenta que Hunbatz y Hunchouén “sólo se entretenían en tocar la flauta y cantar, en pintar y esculpir, en lo que pasaban todo el día.” (63) Más adelante se repite que “Hunbatz y Hunchouén eran grandes músicos y cantores; habían crecido en medio de muchos trabajos y necesidades y pasaron por muchas penas pero llegaron a ser muy sabios. Eran a un tiempo flautistas, cantores, pintores y talladores: todo lo sabían hacer.” 65 El mito nos dice que los artistas se dedicaban exclusivamente a cultivar su arte. Los dos semidioses del panteón maya eran considerados como los patrones de las artes. Es interesante subrayar que el texto une las artes con la sabiduría.
Otra evidencia de las aptitudes de los mesoamericanos en el arte son los dibujantes
implícitos en los glifos pictográficos de los códices pre-hispánicos.
Los glifos pictográficos nahuas constituyen uno de los cinco tipos de
glifo. Por lo general representan cosas, personas y dioses.
Los códices también conocidos como las tiras largas son un buen
ejemplo del uso del color y el diseño. Juntamente con los glifos pictográfico
encontramos otros tipos de glifos de naturaleza mucho más simbólica.
Muchos de los códices tratan de temas asociados con la religión
de los mesoamericanos: sus creencias y rituales. Las tiras largas se realizaban
en cuero de venado y también en amatl. Los colores que predominan son
el rojo, el negro y el amarillo.
Los tintes y lass pinturas que utilizaban habían llegado a un grado
de desarrollo bastante avanzado. Hernán Cortés en su segunda carta
a Carlos V fechada a 30 de Octubre de 1520 señala que los mexicas “vend(ían)
colores para pintores, cuantos se pueden hallar en España, y de tan excelentes
matices cuanto pueden ser.” Cortés, Hernán. 2ª carta
relación de Octubre 30, 1520. 73.
Ejemplo del Codex Telleriano (http://www.sup-infor.com/ultimes/P385A/P385A-inf.htm, sobre el manuscrito)
Casi todos los grupos étnicos mesoamericanos tuvieron pintura mural. Encontramos evidencia entre los mayas, teotihuacanos, mexicas, toltecas, etc. Los siguientes ejemplos son frescos de Teotihuacan. Existen en otros sitios arqueológicos mesoamericanos donde a pesar de los siglos han conservado su color.
Es posible que toda esta tradición de colores, pintura y dibujo hubiese preparado el camino para un desarrollo fértil de creación artística durante la colonia. Ya en un periódo inicial Bernal Diaz del Castillo comenta que:
Vemos adelante a los grandes oficiales de asentar de plumas y pintores y entalladores muy sublimados, que por lo que agora hemos visto la obra que hacen, ternemos consideración en lo que entonces labraban: que tres indios hay agora en la ciudad de Méjico tan primísimos en su oficio de entalladores y pintores, que se dicen Marcos de Aquino y Joan de la cruz, y el Crespillo, que si fueran en el tiempo de aquel antiguo o afamado Apeles, o de Micael Angel, o Berruguete, que son de nuestros tiempos, también les pusieran en el número dellos.Bernal Díaz del Castillo, 180
Aunque menos conocida, y tal vez no tan estudiada como la pintura mesoamericana, hay huellas también en las culturas sudamericanas.