En cuanto al estudio de la pintura que surgió en la Argentina durante la época colonial, no hay mucho que ver. El arte prosperó muy poco en la región de Buenos Aires y sólo existen algunas imágenes de la mezcla del arte indígena y el arte español que produjeron durante la Conquista de las Américas. Si nos preguntamos ¿por qué la pintura colonial no prosperó en la región de Buenos Aires? la búsqueda de una respuesta tendría que empezar por averiguar de manera global el estado del país en ese momento; incluyendo la geografía, la condición cultural, la influencia de la religión y el estado económico y político.
Comenzando con la geografía del país, existían seis áreas bien conocidos de la época colonial: la Pampa, el Noroeste (Tucumán), el Cuyo, el Chaco, la Mesopotámia y la Patagonia. La región de la Pampa tendrá mayor importancia en este trabajo pues corresponde a lo que hoy día se conoce como la ciudad de Buenos Aires. Las condiciones físicas y el clima de la región de la Pampa prepararon el terreno para el florecimiento de la agricultura y su participación como una de las bases económicas del país. En su libro Terminos topográficos en la Argentina colonial Benjamín Nuñuz nota la influencia de la Conquista respecto al estado económico del país:
El proceso de alteración iniciado por las culturas nativas y acelerado por la Conquista constituye un capítulo fundamental talvez aún no suficiente estudiando en la historia argentina. Los elementos como el fuego, el viento, y las aguas fueron y son agentes muy activos. Pero sin duda la introducción del ganado, y de plantas europeas junto con el tráfico constante de los españoles, indios y más tarde ‘los gauchos’ son los agentes humanos que intensificaron la alteración del paisaje, en particular la vegetación (15).
Los españoles llegaron a Argentina por la región de Tucumán en el año 1536. Su llegada promovió un proceso económico-social que cambió la construcción de la vida porteña. En el año 1580, Buenos Aires fue fundada por segunda vez. Un poco más tarde a fines del siglo XVI el virrey Francisco de Aguirre del Perú introdujo un sistema en el que había intercambios de recursos entre una cadena de poblaciones que aumentó la gran prosperidad económica. La bonanza económica llevó a una situación política bien implantada. Debido al tráfico económico extenso en las regiones del norte, a comienzos del siglo XVII el centro de comercio se desplazó al sur a la ciudad de Córdoba. La estructura mercantil de importación y exportación de los recursos hubiera podido influir la corriente del arte español que llegó a la Argentina colonial. Es decir, a parte de los intercambios dentro de las poblaciones de la Argentina, mucho de lo que se importaba de España venía vía Perú que en cierto modo evitaba el puerto de Buenos Aires.
La cultura social de la Argentina colonial se dividió en ciertos grupos económicos. Había una distinción evidente entre los de ascendencia peninsular y la masa obrera. Los que fueron “Españoles nacidos en estos Reynos, o en los de España, cristianos viejos, y limpio de toda raza [...]” podían participar en específicas asociaciones patrióticas mientras las masas vivía en la pobreza y sin esperanzas. Los españoles no eran artesanos, por ejemplo la carpintería o la zapatería eran ocupaciones “únicamente... [de] esclavos y mulatos” (Bauke 239). Hay evidencia de artesanos prehispánicos en Argentina que trabajaban con técnicas particulares la cerámica, los metales y los textiles. Principalmente se encontraron cerámicas decoradas con imágenes o vasos que representaba la figura humana aunque no parece haber evidencia de la pintura antes de que llegasen los españoles.
El arte que surgió en la época colonial fue caracterizado por “El predominio de lo religioso [...] y la funcionalidad que se otorgó el arte como instrumento persuasivo y transmisor de ideas” ( ). La mayoría de los pintores del periodo fueron extranjeros: la gran parte de la cual era de Italia, Francia y España. Vale la pena también mencionar la influencia de los Jesuitas en la colonización y la transculturización de los indios. Enseñaron talleres a los indígenas, los mestizos y los negros para que se cultivasen a las técnicas españolas pictóricas. Los Jesuitas también actuaron como creadores y difusores de las nuevas técnicas y modas.
Es claro que la llegada del arte europeo había sido retratado por razones geográficas o económicas. Por fin a comienzos del siglo XIX, a partir de la Revolución de Mayo y la Revolución Francesa, la actividad de la pintura dejó la temática y se desarrolló un tema basado en los retratos y las escenas de costumbres.
Faenas agrícolas en las reducciones mocovíes. Detalle. Florián Paucke.
Izquierda: Fiesta de los mocovíes. Detalle. Derecha:
Gallegos en el primer período de la colonización.
Florián Paucke.
Esta primera imagen es un ejemplo de las escenas de costumbres. Como durante
la época colonial el templo era el centro de la vida cotidiana y una
manifestación de valores religiosas, este cuadro Interior de la Catedral
de Buenos Aires es una declaración del vínculo entre los hombres
y el espacio sagrado.
Interior de la Catedral de Buenos Aires: Carlos Enrique Pellegrini (1830). En
el cuadro La Porteña en el Templo es un ejemplo que plantea ambos una
escena de costumbres y un retrato. Esta pintura sale en el siglo XIX pintado
por Raimundo Monvoisim .
La Porteña en el Templo: Raimundo Monvoisim
Carga de Caballería del Ejército Federal: Carlos
Mora
Carga de Caballería del Ejército Federal por Carlos Morales es el único ejemplo incluido de un artista argentino. Morel es famoso por mezclar imagines de costumbres litografiadas y costumbres de la época.