HISTORIA
Cuando los españoles llegaron a Oaxaca, uno de los estados modernos más
escarpados de México, vieron la devastación de una ciudad arruinada,
Monte Albán. El último lugar de ocupación indígena,
Monte Albán era una sede de actividad religiosa y artística. Los
habitantes de la región se dividían en dos grupos lingüísticos:
al oeste vivían los mixtecas; al este (en la valle de Oaxaca), los zapotecas.
En 1000 DC, a causa de conflicto doméstico, Monte Albán fue abandonado
y en su lugar, desarrolló una alianza libre de estados desorganizados.
Cuando los españoles vinieron allí en 1521, encontraron la tierra
en un estado de guerra.
EL ARTE MIXTECA
Antes de que hubieran llegado a México los españoles, el arte
siempre tenía su enfoque en lo religioso. No obstante, este interés
en la espiritualidad inherente de las formas gráficos fue preservado
con su llegada (debido al papel de la Iglesia en la producción del arte).
Podemos distinguir tres etapas en el arte mixteca: el estilo medieval/renacentista,
el barroco y el neoclásico.
Los monjes dirijieron los primeros centros del arte. Llegaron los franciscanos
y después los dominicanos en 1526, y los augustinos 1533. Las órdenes
religiosas se organizaron en un monasterio compuesto de una iglesia grande con
unas posas. Dentro de los edificios religiosos, se encontraban murales los cuales
son ejemplos de pintura del estilo ‘fresco.’ En estas pinturas los
formas medieval y renacentista se combinan aunque el último tiene es
más predominante. También existía una pintura al óleo
que se diferencian de los murales en su inclinación hacia el estilo renacentista.
Los artistas las hicieron con un interés profundo en el movimiento y
el color de las figuras y la presencia de cosas lujosas.
Mientras que el estilo medieval-renacentista disminuía en las obras
artísticas, las formas barrocas se desarrollaban y se sentía en
Oaxaca un espíritu cristiano-indígena. Se caracterizaban por su
estilo sumamente gráfico. Era decorativo con un énfasis en la
maestría. Las artes principales eran la pintura ideográfica (códices,
frescos, cerámica), la metalurgia ornamental y la escultura en madera.
En el arte gráfico, se encontraba varias escenas y motivos que fueron
representados como tiras cómicas. Las pintaban con colores planos y las
perfilaban con una línea precisa en rojo o negro. Usualmente, las imágenes
fueron hechas en dorado, rojo, azul turquesa, verde oliva, gris y negro.
En la tradición de cerámica pintada, había una categoría conocida como tipo códice con símbolos y figuras antropomórficas y zoomórficas. Hay más historias pintadas y genealogías dinásticas que surgían de los mixtecas que cualquier otro grupo en meso- América. Algunas características importantes del arte mixteca eran el uso consistente de las tiras ‘chevron’ como símbolos de guerra, signos toponímicos, y los nombres calendáricos. Entre los varios códices que fueron producidos en la región, los códices borgia, el vaticanus 3773, el vindobonnensis, el nutall y el copsi son ejemplos de la importancia de los códices para los mixtecas y los zapotecas. Los códices servían un objetivo que, en gran parte, era religioso y ritual. Servían como tratados teológicos, libros de divinidad, calendarios, almanaques, etcétera. Se los hacía con tiras de cuero, hojas de corteza o tela de algodón. Dentro de poco tiempo después de la Conquista, los pintores indígenas se acostumbraron a hacer los manuscritos en un estilo hispano; después de su independencia, se veía el sol y la luna representados con caras típicamente europeas. En 1642, se hizo el códice de Ñunahá, que relataba con todo detalle las historias dinásticas, las guerras y las conquistas de la población indígena.
Códice Borgia