El sincretismo en el arte la pintura y la escultura en México
Carla Naranjo


El encuentro de dos mundos, el azteca y el español en México, constituyó no sólo un cambio en la dinámica del poder sobre la vida económica y política, sino también en la forma de cómo se creaba el arte, tanto en la pintura, la arquitectura como en la escultura. Además de cambios en la técnica de arte, la conquista de México también desarrolló una nueva función del arte para los españoles, ya que al principio de la conquista, el arte funcionaba como herramienta educativa para la evangelización del indígena.

La historia de la conquista en México atestigua cómo los españoles reprimieron e intentaron destruir casi todos de los elementos culturales aztecas especialmente en el área de su religión y sus creencias del mundo espiritual. A pesar de ello, aspectos artísticos de esa cultura sobrevivieron, habiendo captado la espiritualidad de los indígenas, durante los siglos 15 y 16. Estos aspectos formaron un sincretismo con aspectos españoles e indígenas.

En este caso, la definición del sincretismo es la unión de formas o conceptos indígenas y europeos para producir nuevas tradiciones o creencias, ya sea en el ambiente religioso o artístico (Rostworowski 2). Jacques Lafaye en su trabajo sobre el sincretismo señala los elementos de la religión azteca que desarrollaron formas alternativas para preservar su herencia (18). Se construyó nuevas representaciones sincréticas con las técnicas artísticas traídas por los españoles y las del azteca para crear pinturas y la arquitectura de varias iglesias en las regiones en Puebla, Oaxaca, y la ciudad de México.


Varias preguntas surgen sobre el sincretismo en el arte de México. Primero, ¿qué significa el sincretismo del cristianismo con elementos de la vida espiritual de los aztecas? ¿Fue un tipo de resistencia conciente de los indígenas a esta nueva religión? ¿Cómo resignifican los objetos sagrados durante el tiempo de la conquista? Bajo una evangelización exigente de los indígenas, ¿cómo es posible que los sacerdotes a cargo de este proceso aceptaran el uso de imágenes provinientes de un universo espiritual pagano? En este trabajo intentaré responder a estas preguntas presentando el impacto del sincretismo, no sólo en la evangelización de los indígenas, sino también en el arte de México.


Antes de describir como se dio este sincretismo en el arte, es preciso discutir sobre varios aspectos sincréticos en los mitos y leyendas de México y como éstos contribuyeron, concientemente o no, al sincretismo en el arte. Durante el tiempo pre-colombino, Quetzalcoatl, como dios fue importante en las vidas de los aztecas, toltecas y olmecas. También conocido como la serpiente emplumada, Quetzalcoatl era considerado el creador de la vida y la civilización. Según la historia, Quetzalcoatl enseñó a cultivar el maíz a los indígenas de México. Fue reconocido como un dios benévolo que también podía manifestarse como ser humano. Su gemelo, Tezcatlipoca era el aspecto negativo del universo y causó que Quetzalcoatl fuera exiliado del mundo. Antes de irse, Quetzalcoatl anunció que regresaría a la tierra en el año primera caña. El carácter mesiánico de Quetzalcoatl tiene un paralelo con Jesucristo. Este hecho hizo posible la conexión entre el dios azteca y el cristiano. Es más, las dos religiones también compartieron el concepto del fin del mundo o el Apocalipsis. La coincidencia de la llegada de Hernán Cortez durante el año cuando los aztecas esperaban el regreso de Quetzalcoatl causó que, al principio, Moctezuma II pensara que Cortez era el dios Quetzalcoatl. Según Lafaye, este encuentro es el primer ejemplo de un sincretismo de una encarnación en el tiempo colonial (149).


Las semejanzas entre Quetzalcoatl y Jesucristo, además de otras, sirvieron como herramienta para que los franciscanos hicieran más fácil la conversión de la población azteca al cristianismo. Fray Bernardino de Sahagún escribió en su Historia General de las Cosas de la Nueva España (1558-1569) documenta la historia y las prácticas religiosas de los aztecas (Lafaye 142). El propósito de Sahagún era armar a los franciscanos con un conocimiento de las tradiciones aztecas para poder extirpar la idolatría de manera más efectiva. La Historia General de las Cosas de la Nueva España presenta algunas contradicciones sobre el significado de Quetzalcoatl. Aunque el quinto capítulo del Libro 7 presenta a los aztecas como seguidores de una religión monoteísta que sólo adoraba a Quetzalcoat.Sahagún después declara en contra de seguir tratando de asimilar a Quetzalcoatl al cristianismo (Lafaye 144). Proclamando que Quetzalcoatl había muerto y vivía en el infierno donde el Dios verdadero lo había mandado, Sahagún quería evitar cualquier movimiento de elaborar una identidad mesiánica de Quetzalcoatl.

El sincretismo en la arquitectura y escultura en las iglesias


Hay evidencia de un sincretismo entre la alabanza de dioses aztecas y el Dios cristiano. Varias piezas de arquitectura de las iglesias en México denotan el estilo tequitqui, es decir arte que demuestra un aspecto o estilo indígena (Weismann 139). Un ejemplo del arte tequitqui son los cuadros religiosos hechos con plumas durante el principio de la conquista. Se presentará más sobre este estilo en la siguiente sección. El estilo tequitqui se puede observar en las puertas de ciertas iglesias, cruces en los patios de iglesias y otros sitios también. En la primera foto vemos una pila bautismal con la fecha escrita con el símbolo del conejo y cuatro puntos, manera de cómo los aztecas denotaban el año. En el calendario azteca, el conejo simboliza el día de servicio o entrego a un dios. La unión de este concepto con el bautismo cristiano puede ser un ejemplo de sincretismo en la religión. Los aztecas también utilizaban la práctica de bautizar a los bebés inmediatamente después de su nacimiento. Esta pila fue hecha en 1562. Se encuentra en el monasterio franciscano de Acatzingo, Puebla.


Foto 1: Pila con símbolo del conejo, 1562


Según Lafaye, también existen analogías entre las cruces de significado religioso azteca y los crucifijos católicos. Cuando los misioneros llegaron a los sitios de varios templos aztecas, se asombraron de encontrar tipos de cruces. Bernal Díaz del Castillo documenta el encuentro en la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España (153). Al principio, los franciscanos pensaban que la presencia de una cruz quizás significaba prueba de la evangelización previa de los indígenas en México. Pero el símbolo de la cruz era parte de la ideología indígena, no sólo los aztecas sino también de los mayas. La cruz simbolizaba el árbol de la vida, es decir, el árbol que daba vida al mundo por su conexión con el cielo (Sharer 518). En ciertas cruces, los aztecas colocaban un disco de una piedra preciosa para representar sangre y agua. La unión de aspectos de las dos religiones se ve en varias cruces hechas después de la conquista. En la foto 2, se observa un agujero en la parte donde las dos partes de la cruz se unen. Se ha interpretado este agujero como prueba de la sobrevivencia de la influencia indígena en la arquitectura de las iglesias porque la piedra preciosa que se colocaba en ese sitio representaba un sacrificio de sangre, igual al que dio Jesucristo con su muerte (Toussaint 58). Lo interesante es que no se observa la figura de Cristo mismo colocado en la cruz. La razón es porque los indígenas re-interpretaron la misma cruz como Jesucristo, el “árbol de la vidal”, algo que ellos estaban acostumbrados a respetar. La cruz se encuentra en el monasterio franciscano de la Cuidad Hidalgo, Michoacán.


Foto 2: Cruz, Cuidad Hidalgo, Michoacán


El último ejemplo de escultura es La Virgen del Nuevo Mundo. Hecha entre 1521-1540, nos presenta una combinación de la religión azteca y la cristiana. Los dos discos de flores en el centro de su vestido tienen una semejanza a aquellos que se encuentran en esculturas de Tonantzin, la diosa madre de los aztecas (Kilnegallery 4). La cara de la virgen parece más indígena que española. Hay evidencia de que esta virgen es una copia de la Inmaculada Concepción de España.


Foto 3: La Virgen del Nuevo Mundo-1521.


El ejemplo más reconocido de un sincretismo entre la religión azteca y cristiana se encuentra en el imagen de la Virgen de Guadalupe. La historia del encuentro de la Virgen empieza en 1531 cuando Juan Diego, un indígena tiene una visión de la Madre de Dios en el monte de Tepeyac. El obispo de México no le cree a Juan Diego hasta que el indígena le trae una tilma con la imagen de la Virgen. Este evento inició una explosión de pinturas de la Virgen de Guadalupe con la apariencia física de madre indígena. Por primera vez en México, una imagen sagrada del cristianismo tenía rasgos de la población indígena. El monte de Tepayac también era significativo ya que era un sitio sagrado de la diosa azteca Tonantzin. Luego empezó la práctica de un culto guadalupeño que mezclaba aspectos de la religión cristiana y azteca para adorar a la Virgen de México. La historia de la aparición de la Virgen fue documentada por primera vez por Antonio Valeriano en la Nican Mopohua (Rostworowski 356).

 


Foto 4: La Virgen de Guadalupe


Historia de la Pintura de Tenochtitlan

Para los aztecas en Tenochtitlan, así como en otras regiones de las Americas, la pintura y el arte en general representaban “la manifestación material de su visión del universo” (Solís-Olguín 57). Es decir, el propósito del arte fue el crear una manera de comunicar los mensajes del mundo divino al mundo terrenal. Hay evidencia de frescos pintados en el Templo de la Agricultura en Teotihuacan (a 40 kilómetros de Tenochtitlan) donde se encuentra una figura de un jaguar, representando al dios del Tepeyolohtil (Westheim 350). En la cultura Azteca el jaguar simbolizaba el poder. Como se puede observar en la pintura de abajo, un oficial religioso de los aztecas está disfrazado de jaguar (Foto 5). También se ve que el color jugaba un papel importante en la pintura de los aztecas. El color rojo y el uso de turquesa pueden ser interpretados como una metáfora de aspectos en la vida. Por ejemplo, una interpretación de los dos colores en que el rojo simboliza la sangre y el color verde o turquesa simboliza el agua, dos aspectos que dan vida al mundo (Matos Moctezuma 322). El uso de piedras preciosas como jade y turquesa también dominaba el arte azteca. Abajo hay dos ejemplos.


Foto 5: Mural de Teotihuacan “Priest disguised as jaguar”

Foto 6: Serpiente de dos cabezas (Nuevo)

La utilización de plumas de varios pájaros es un ejemplo de un arte incomparable que se desarrolló en Tenochtitlan y otras partes del Centro de México. Estas se usaban para crear decoraciones y piezas sagradas en el mundo Azteca, así como mosaicos, trajes de lideres religiosos, y tocados. Esta forma de arte notable utilizaba un objeto de mucho valor en el tiempo (la pluma) para crear objetos que se reservaban para ceremonias especiales, uso de la nobleza etc. La asociación con el dios Quetzalcoatl es obvia y apunta a la importancia de esta forma de arte. Los artistas que trabajan con plumas se llamaban amantecas y vivían juntos en distritos conocidos como calpolli en las ciudades de Tenochtitlan, Tlatelolco, y Texcoco (Smith 102). Un ejemplo del uso de pluma se encuentra en la foto 7.


Foto 7: Tocado hecho de plumas, Azteca

Inmediatamente después de la llegada de los franciscanos a México, la evangelización de los indios empezó con la construcción de varias iglesias. El Franciscano Pedro de Gante formó una escuela de arte en San José de los Naturales donde varios indios aprendieron la técnica de pintar al estilo europeo (Weismann 33). Lo interesante es que se desarrolló la instrucción en la técnica de las plumas en la escuela de San José. Pero el enfoque había cambiado de piezas sagradas aztecas a pinturas con la imagen de Jesucristo y escenas de la Biblia. Una pintura colonial que ilustra la técnica de las plumas es la de “La Misa de San Gregorio” hecha en 1539 (foto 8).



Foto 8: La Misa de Santo Gregorio, pintado en 1539.


La pintura de la Misa de San Gregorio contiene el nombre del Franciscano Pedro de Gante, indicando que fue pintada por un indio que estudiaba en la escuela de San José de los Naturales (O’Neill 259). Se cree que Don Diego de Alvarado Huanitzin, un amanteca de alta posición en Tenochtitlan desarrolló el cuadro utilizando plumas de color rojo, azul, verde y naranja. La casulla de San Gregorio tiene trece “círculos” o discos en la parte posterior. Una interpretación es que los discos realmente son representaciones de chalchihuites, piedras preciosas utilizadas en el tiempo de los aztecas para significar el agua, o la vida. La unión de las representaciones de las chalchihuites, el uso de las plumas, y de San Gregorio en el cuadro demuestra el sincretismo en el arte. La historia detrás del propósito del cuadro es sumamente interesante. La pintura demuestra el rito de una misa muy popular en España durante los siglos 15 y 16. Se recibió este rito con la misma popularidad en México, ya que ayudaba a los franciscanos a educar a los indios sobre la sagrada comunión. La pintura fue dedicada al Papa Pablo III. Fue él quien declaró que los indios si podían recibir la sagrada comunión después de un intento por varios sacerdotes de negarles el derecho de recibirla.
La técnica de trabajar con plumas despertó el interés de los españoles cuando empezaron a documentar la vida azteca en el Codex Mendoza también. Como se puede observar en las siguientes fotos, la combinación del arte de plumas y la pintura creó un estilo interesante que utiliza elementos y símbolos de los dos mundos, el indio y el español.


Foto 9: Codex Mendoza


Se puede concluir que, aunque el propósito de los franciscanos era eliminar todos los aspectos de la religión azteca, si se pudo conservar varios elementos que simbolizan la espiritualidad indígena. En la escultura, la arquitectura, y ciertas pinturas, se puede ver el sincretismo de las dos religiones.

 

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